Katherine Quintana

Las princesas, tradicionalmente representadas como seres perfectos en mundos idílicos, han sido símbolos de un ideal inalcanzable. En los cuentos de hadas, todo brilla: no hay caos, no hay desorden, ni mucho menos fallas humanas. Sin embargo, esta perfección es solo una cara de la moneda, una ilusión que oculta lo que realmente significa ser humano. A través de mis fotografías, quiero desmantelar esta burbuja de perfección y revelar la segunda cara de las princesas: el caos, las adicciones, los excesos y el desorden que las hacen imperfectas, y, por lo tanto, reales.

Este proyecto desafía las narrativas tradicionales, creando un diálogo visual que expone lo que se esconde detrás del maquillaje y los vestidos de cuento. Las imágenes muestran una dualidad: mientras los elementos clásicos de las princesas están presentes, conviven con símbolos de vulnerabilidad y descontrol. Esto no busca destruir la idea de las princesas, sino transformarla, mostrando que incluso en la fantasía puede haber espacio para la complejidad.

En un mundo obsesionado con la perfección, esta serie invita a reflexionar sobre lo que consideramos ideal. Nos recuerda que las imperfecciones no solo son inevitables, sino necesarias para comprender la esencia humana. Es precisamente en esos detalles caóticos y desordenados donde encontramos una belleza honesta, una que rompe con los estereotipos y abre un espacio para la autenticidad y la autoaceptación. Las princesas también pueden ser imperfectas, y es allí donde radica su verdadero poder.